Del 30 de octubre de 2024 al 30 de marzo de 2025
Dominica Sánchez: aquí y ahora quiere ser una declaración de intenciones de la artista y también de El Principal de Córcega, que comienza oficialmente con esta exposición su andadura.
Dominica Sánchez (Barcelona, 1945) comenzó a dibujar y pintar muy joven, de hecho siendo adolescente decidió que quería hacer de ello su profesión y su vida. Desde entonces ha trabajado con tesón, con convicción y, sobre todo, con emoción. Como una necesidad vital que surgía de sus entrañas. Si tuviera que hacer un símil diría que Dominica es como un volcán medio dormido que rezuma lava-pasión a través de sus obras. Técnicas, formas y colores se aúnan para expresar sentimientos y sensaciones. Esos pasteles y lápices carbón, esos colores… todo la delata. Incluso sus negros nacen de la emoción.
Me gustaría recuperar aquí las palabras de la gran Maria Lluïsa Borràs, que apoyó a Dominica ya en sus primeras exposiciones y que definía sus obras como un conjunto de “paisajes interiores”, “paisajes íntimos y espirituales”, caracterizados por la poesía y la introspección, el misticismo incluso.
Un día Dominica me dijo: “la gente piensa que mi arte es abstracto y no lo es”. En efecto, bajo una apariencia, una visualidad de formas geométricas, los dibujos, las pinturas e incluso las esculturas de Dominica ¬—porque en ella todo sigue el mismo lenguaje—parten de la naturaleza, de la realidad, de sus recuerdos de infancia y juventud (esa plaza de toros de La Monumental a la que tanto iba de niña), de la figura humana (de ahí que la mayoría de sus obras tengan un formato vertical), de la vida, en definitiva.
Su trabajo ha sido reconocido y apoyado por los mejores galeristas nacionales (Artur Ramon, Paco Rebés, Marita Segovia…) e internacionales (Denise Levy, Dominique Haim Chanin) así como por la crítica especializada, pero, quizá por su propia manera de ser y de trabajar, en el silencio de su casa-taller, no se conoce entre el gran público como merece. Como sucede con muchos y muchas artistas de su generación y las inmediatamente anteriores, la obra de Dominica Sánchez merece ser recuperada, reexaminada y disfrutada como de hecho ella lo hace diariamente, ya que nunca ha dejado de dibujar, de pintar y de esculpir. Es un honor para El Principal de Còrsega que haya aceptado mostrarse entre sus humildes paredes.